El Consejo General de Enfermería alerta del enorme riesgo de contagio en estancias mal ventiladas

  • Con el objetivo de que la población conozca cómo convivir en entornos lo más seguros posibles, el Consejo General de Enfermería ha lanzado una infografía y vídeo animado de uso público con todas las claves de la ventilación.
  • La evidencia científica ha confirmado que el SARS-CoV-2 se transmite mediante aerosoles que contienen virus generados por la persona infectada y pueden permanecer en el ambiente durante horas.
  • “Es primordial que conozcamos cómo reducir el número de estas partículas, sobre todo en momentos en los que hay un mayor número de personas o van a permanecer bastante tiempo en un mismo sitio”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.

La llegada del COVID-19 a España hace ahora un año trajo consigo momentos de incertidumbre y desconocimiento que hizo que todo el sistema sanitario y la vida del mundo en general tuviera que reestructurarse enormemente para hacer frente a la expansión. Una crisis sanitaria de la que la sociedad ha ido aprendiendo día tras día y sigue haciéndolo en estos momentos. Mascarilla, distancia social y una buena higiene de manos son las tres premisas fundamentales para frenar la propagación del SARS-CoV-2, pero existe una medida igual o más importante que el tiempo y la evidencia científica han ido poniendo cada vez más en valor, la ventilación.

Según las últimas evidencias científicas, reconocidas por las autoridades sanitarias y otras en las que ha profundizado el libro blanco “La transmisión del SARS-CoV-2 en aerosol y mecanismos de protección”, realizado por el Instituto Español de Investigación Enfermera junto al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), el virus se transmite mediante aerosoles que contienen virus viables generados por la persona infectada, especialmente en espacios cerrados y mal ventilados. Este último punto pone de manifiesto una realidad que la población debe conocer para poner solución. “Esta investigación realizada por el Consejo General de Enfermería puntualiza que la ventilación es primordial para evitar la expansión del virus. Debemos conocer cómo se realiza de manera correcta y llevarla a cabo, sobre todo en momentos en los que hay un mayor número de personas o van a permanecer bastante tiempo en un mismo sitio”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería (CGE).

Con el objetivo de dar a conocer todas las pautas y mecanismos para que las estancias estén bien ventiladas, el CGE ha lanzado una infografía y un vídeo animado con los puntos a seguir para reducir el contagio por aerosoles. Entre otras claves, las enfermeras recomiendan la apertura de ventanas el mayor tiempo posible, incluso en edificios con ventilación mecánica.

Controlar la ocupación del lugar

Asimismo, recuerdan la necesidad de controlar la ocupación del lugar y aumentar la ventilación según las dimensiones del espacio, el uso que se realice y el aforo. “Hemos comprobado que una buena ventilación puede reducir enormemente la transmisión de estas partículas en su forma de aerosol. Tan importante es aumentar la ventilación y reducir la ocupación de los espacios cerrados cómo mantener el sistema de ventilación en condiciones óptimas. Aumentar la ventilación natural, integrar sistemas de filtración HEPA, mantener los sistemas operando de manera continua, y valorar la necesidad de incorporar otros sistemas o tecnologías en aquellos sitios que no cuenten con sistemas de ventilación adecuados”, afirma Guadalupe Fontán, enfermera del Consejo General de Enfermería.

“No debemos olvidar que estas partículas del virus pueden permanecer en suspensión durante horas en ambientes cerrados y mal ventilados. Además, se deben controlar aspectos como el CO2, que debe ser menor o igual a 500 partes por millón y nunca superior a 800-1000; la temperatura ambiente debe estar entre 20º y 26º, y la humedad relativa entre el 30% y el 70%”, destaca María Enríquez, enfermera del Consejo General de Enfermería.

Además, y muy importante, desde el CGE se apunta que “la distancia de dos metros puede ser insuficiente en lugares mal ventilados, por lo que habría que adoptar otras medidas para reducir el riesgo”.

Para terminar, en esta infografía y vídeo de uso público para todos, advierten de la necesidad de que la instalación y el mantenimiento de los equipos que se utilicen para la renovación y sistemas de purificación del aire sean manejados por especialistas y de acuerdo con las medidas de seguridad establecidas en los protocolos de cada empresa y según las directrices del Ministerio competente.

Las enfermeras dan las claves para comprar la mascarilla correcta

  • ¿Son todas las mascarillas adecuadas para cada situación? ¿En qué debemos fijarnos para comprar? Ante la reciente regulación del Boletín Oficial del Estado (BOE) de los requisitos para comercializar las mascarillas higiénicas, desde la Organización Colegial de Enfermería se ha elaborado una infografía para resolver estas y otras dudas. Así, las enfermeras ofrecen a la población las claves para ayudar a decidir sobre la compra más segura posible en cada caso.
  •  “Es importante interiorizar que la protección depende de la situación concreta. Debemos evaluar el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2, siendo mayor en espacios cerrados con poca ventilación, en los que sea más complicado mantener la distancia de seguridad y donde se realicen procedimientos que aumenten la generación de aerosoles”, explica Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.
  • El BOE también establece una serie de obligaciones de información al consumidor. Entre otras exigencias, determina que las mascarillas higiénicas siempre deberán especificar que no son Equipos de Protección Individual (EPI) para dejar claro que no están recomendadas en situaciones de alto riesgo de transmisión del virus.
  • A pesar de que también se ha entrado a hablar sobre accesorios o mascarillas transparentes, las enfermeras consideran insuficiente esta regulación. “Las recomendaciones son escasas. Haría falta más información que ayudara al consumidor a elegir mascarillas transparentes o accesorios adecuados. Reclamamos una regulación más específica al respecto”, asegura Pérez Raya.

Ya es oficial, las mascarillas higiénicas cuentan con una regulación normativa en el mercado. Así lo ha establecido el Boletín Oficial del Estado en la Orden CSM/115/2021 de 11 de febrero, por la que se establecen los requisitos de información y comercialización de este tipo de mascarillas. Una regulación muy esperada que ofrece las claves sobre qué deben incluir las mascarillas higiénicas. Pero ¿la población en general sabe por qué o para qué comprar ciertas mascarillas? ¿cuál es la indicada para cada situación? ¿en qué debemos fijarnos para saber si la mascarilla protege para el lugar o la situación concreta donde la vamos a utilizar? Para resolver estas y otras dudas, desde la Organización Colegial de Enfermería, cumpliendo con su misión informativa a los ciudadanos y los profesionales, se ha elaborado una infografía donde se desglosan las claves para que un comprador sepa en qué debe fijarse para saber que está adquiriendo la mascarilla correcta.

Dónde mirar

Las enfermeras consideran importante recalcar dónde se tienen que buscar las indicaciones técnicas que certifican que las mascarillas siguen las pautas normativas exigidas por el Gobierno. De esta manera, indican, las mascarillas higiénicas tienen la regulación en el empaquetado que las recubre, las quirúrgicas generalmente en la caja y las autofiltrantes directamente sobre el producto y en todas ellas debe aparecer en la ficha técnica.

Claves para la compra

Para elegir la mascarilla apropiada para cada situación, se deben tener en cuenta, entre otros aspectos: la Eficacia de Filtración Bacteriana (BFE), el grado de respirabilidad, el sentido de filtración de la mascarilla y que sean fabricadas según estándar.

A pesar del que el BOE, en este caso, sólo se refiere a las mascarillas higiénicas, la Organización Colegial de Enfermería incluye en esta nueva infografía también las recomendaciones para las conocidas como autofiltrantes y las quirúrgicas, para ayudar a comprar las que siguen las regulaciones establecidas para ambas. “Es importante interiorizar que la protección depende de la situación concreta. Debemos evaluar el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2, siendo mayor en espacios cerrados con poca ventilación, en los que sea más complicado mantener la distancia de seguridad y donde se realicen procedimientos que aumenten la generación de aerosoles”, recalca Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.

Las mascarillas autofiltrantes -FFP3 y FPP2- son las que mayor protección ofrecen ya que cuentan con una eficacia de filtración bacteriana mayor, además, el sentido de filtración de la mascarilla es tanto de dentro hacia fuera como de fuera hacia dentro. Son consideradas Equipos de Protección Individual (EPI) y el consumidor, para saber que está adquiriendo una que cumple las garantías, deberá comprobar si -directamente en el producto- aparecen la especificación UNE-EN 149:2001 + A1 y las letras CE seguidas de cuatro dígitos. Estos datos también deben aparecer en la ficha técnica. Están recomendadas para situaciones donde haya mayor riesgo de transmisión de aerosoles ya sea por tratarse de un lugar cerrado, por estar poco ventilado o porque se realicen actividades o técnicas que los generen en mayor medida. Pero las enfermeras puntualizan “las FFP3, deben ser priorizadas para personal sanitario que se expone a técnicas que generan directamente aerosoles. Las FFP2 están recomendadas para personal sanitario o esencial que realice su actividad con pacientes COVID-19 o sospechosos y para población en general en ambientes donde haya mayor riesgo de transmisión de aerosoles”.

Por otro lado, en la información gráfica de la Organización Colegial de Enfermería, se pueden especifican los tipos y grado de protección de las mascarillas quirúrgicas. Esta clase se consideran productos sanitarios y hay tres tipos. En este caso, tal y cómo se explica desde la Organización Colegial de Enfermería, debemos acudir habitualmente a la caja (o la ficha técnica) para ver si se refleja en ella la especificación UNE-EN 14683:2019 AC y las letras CE. “Estos productos tienen menor protección de fuera hacia dentro, pero una gran protección de dentro hacia fuera”, puntualiza Pérez Raya. 

Y, por último, las enfermeras incluyen la información relativa a las mascarillas higiénicas. Lo primero que hay que tener en cuenta y que refleja el Boletín Oficial del Estado es que estas mascarillas no son EPI y así deben reflejarlo en su etiquetado. En esta opción, hay que revisar la ficha técnica o el empaquetado del producto donde aparezca la información que garantice que estos cobertores faciales cuentan con la protección indicada para ser considerados legalmente como mascarilla higiénica. En la nueva regulación se especifica que deben reflejar la especificación UNE 0064 (0064-1 adultos; 0064-2 niños), la 0065 o su equivalente europea CWA 17553, además deben detallar si son de un solo uso o reutilizables y para aquellas que lo sean se exige que aparezca el número máximo de ciclos de lavado que mantengan las características, así como el método de lavado y secado. Las enfermeras dejan claro que “estas mascarillas están recomendadas especialmente para población en general en sitios de bajo riesgo de transmisión del virus”, concreta Pérez Raya.

Accesorios y mascarillas transparentes

Por primera vez, una regulación del Gobierno se refiere a los accesorios asociados a las mascarillas. También se ha incluido en el Boletín Oficial del Estado una mención a las mascarillas transparentes, indicadas para personas que necesitan leer la expresión de la cara por discapacidades comunicativas. En este aspecto la opinión de las enfermeras españolas es clara. “Las recomendaciones son escasas. Haría falta más información que ayudara al consumidor a elegir mascarillas transparentes o accesorios adecuados. También sería necesario que el BOE explicara a qué tipo de accesorios hace referencia. Reclamamos una regulación más específica al respecto”, concluye Pérez Raya. 

Enfermería aplaude el carácter retroactivo de la norma que reconoce el COVID-19 como enfermedad profesional al incluir a las más de 80.000 enfermeras que ya se han contagiado

  • Desde hace meses, el Consejo General de Enfermería viene reclamando la consideración del COVID-19 como enfermedad profesional. La medida, aprobada hoy en el Consejo de Ministros, afecta tanto a la retribución como a la duración de la protección.
  • En las enfermedades profesionales la protección es durante toda la vida lo que, en el caso del COVID-19, es clave puesto que aún se desconocen sus secuelas a medio y largo plazo.
  • El carácter retroactivo de la medida, señala el presidente del Consejo, Florentino Pérez Raya, es fundamental porque incluye a los profesionales sanitarios que se infectaron durante la primera ola y que, en el caso de las enfermeras, supera las 80.000.

Hoy el Consejo de Ministros ha aprobado un decreto que reconoce el COVID-19 como enfermedad profesional para los sanitarios. La medida, que el Consejo General de Enfermería lleva reclamando desde hace meses, ha sido aplaudida por este organismo, así como su carácter retroactivo y es que, recuerdan desde el Consejo, hasta ahora, en nuestro país, se han infectado más de 80.000 enfermeras. “Estamos muy satisfechos con la aprobación de esta medida y con el hecho de que no sólo se aplique a partir de ahora sino desde el comienzo de la pandemia. No olvidemos que en la primera ola fue cuando nuestros profesionales estuvieron más expuestos ya que se enfrentaban a una enfermedad desconocida hasta ese momento y sin los equipos de protección necesarios”, ha explicado Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.

Las consecuencias de que una enfermedad deje de ser considerada común para adquirir el rango de profesional son muy importantes, tanto por las prestaciones económicas que recibe, en este caso, el sanitario, como por el alcance de la protección. Como subraya el presidente del Consejo General de Enfermería, “al considerarse enfermedad profesional, se hace un mayor seguimiento de la enfermedad a futuro, abarcando toda la vida. Esta es una enfermedad todavía muy desconocida, especialmente en el medio y largo plazo, por las secuelas que puede acarrear, de ahí que esa protección en el tiempo sea fundamental. El cambio también afecta a la parte retributiva ya que implica el que no haya una disminución económica en el caso de que haya que cogerse una incapacidad temporal bien a futuro bien en el momento en el que se contrae la enfermedad”.

Además, como explica el secretario general del Consejo, Diego Ayuso, “en la enfermedad común no se percibe retribución alguna durante los tres primeros días de la baja, se recibe el 60% de la base reguladora de la nómica entre el cuarto día y el vigésimo y pasa al 75% a partir de ese momento. Sin embargo, en la enfermedad profesional se percibe el 75% desde el primer día y, por tanto, es muy favorable también a nivel retributivo para las enfermeras”, destaca.

Sanitarios

La norma aprobada no sólo contempla a enfermeras y médicos sino también a otros profesionales que en su día a día se ven expuestos a esta infección por su cercanía o contacto con los pacientes como el personal sociosanitario o los celadores, según se ha indicado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Aspecto este que también ha sido celebrado desde el Consejo General ya que si bien “era obvio que enfermeras y médicos íbamos a entrar en la norma, puesto que somos grupos claramente expuestos al COVID-19, es verdad que también hay otros profesionales que han podido contagiarse, por ello, creemos que es un gran avance el que estos sean incluidos en la misma”

El CGE y ANENVAC explican todas las claves de la vacuna de AstraZeneca y piden a la población que no haga caso de bulos infundados porque es segura como la de Pfizer y Moderna

  • Información, características y administración de la tercera vacuna aprobada en Europa contra el COVID-19, y de la que ya han llegado las primeras dosis a España, son los puntos que detalla este material de uso libre para todas las enfermeras y enfermeros de España.
  • “La decisión de administrarla a personas de entre 18 y 55 años se debe a que los ensayos se han realizado en estos grupos de edad, pero no significa que sea menos eficaz o peligrosa”, afirma el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya.
  • “La disponibilidad de más vacunas supone aumentar la capacidad de vacunar a más población, lo que nos acerca más al objetivo”, subraya Rosa Sancho, vicepresidenta de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas.

España acaba de recibir las primeras dosis de la vacuna contra el COVID-19 de AstraZeneca-Oxford, que se comenzarán a administrar en los próximos días en todas las comunidades autónomas. Esta es ya la tercera vacuna aprobada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que brinda un poco más de esperanza en la lucha contra la pandemia y supone una nueva buena noticia en este momento en el que el país afronta la ola de contagios más virulenta de la crisis. Esta nueva vacuna, que también se administra en dos dosis como las anteriores, no se utilizará para mayores de 55 años en España y numerosos países de la Unión Europea por la falta de ensayos clínicos en esta franja de edad.

Tal y como ya se hizo con las dos vacunas anteriores, la Organización Colegial de Enfermería, junto a la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC), ha lanzado una nueva infografía para las 316.000 enfermeras y enfermeros españoles en la que se explica de forma detallada todos y cada uno de los puntos clave que deben conocer a la hora de comenzar la vacunación. Información sobre la vacuna, características específicas como la pauta, las posibles reacciones adversas y la forma de almacenamiento, así como la manera de administrarla son algunos de los temas que contempla esta infografía de uso libre para todos los profesionales.

“Poco a poco, vemos cómo se acerca la luz al final del túnel, pero esta nueva vacuna llega en uno de los peores momentos de esta crisis. Con una tercera ola de contagios descontrolada y la incidencia desbocada en todo el país, es imprescindible que la población sea consciente, más que nunca, de la necesidad de seguir cumpliendo las medidas sanitarias para prevenir la infección. Nos estamos jugando mucho a todos los niveles y es el momento de demostrar esa solidaridad que siempre nos ha caracterizado como país”, afirma Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.

Informaciones infundadas

Víctima de algunos recelos e incertidumbres por el tema de la edad, las enfermeras recuerdan que es una vacuna segura tanto como las dos aprobadas anteriormente e instan a la población a que no hagan caso de bulos infundados. “Ha pasado todas las medidas de seguridad necesarias y la vacuna de AstraZeneca tiene todas las garantías. La decisión de administrarla a personas de entre 18 y 55 años se debe a que los ensayos se han realizado en estos grupos de edad, pero en ningún momento significa que sea menos eficaz o peligrosa”, puntualiza Pérez Raya.

En esta misma línea se pronuncia Rosa Sancho, vicepresidenta de ANENVAC, que asegura que “la vacuna es segura y se va a utilizar en personas cuya capacidad de respuesta es mejor, así que no deben dudar en ponérsela”. Además, Sancho resalta que “la disponibilidad de más vacunas supone aumentar la capacidad de vacunar a más población, lo que nos acerca más al objetivo”. “Es importante también que haya más laboratorios para no depender de un monopolio que pueda limitar nuestra planificación. Creemos que la campaña en estos momentos está siendo demasiado lenta a causa de la escasez de vacunas”, subraya.

Asimismo, desde ANENVAC aplauden la labor de las enfermeras pues en este momento histórico “se está desarrollando de manera positiva gracias al trabajo que están realizando porque compensan en muchos casos la falta de coordinación y planificación de las autoridades sanitarias”. “La versatilidad y capacidad de adaptación que tiene la enfermera se ve en estas situaciones extremas y esto debe ponerse en valor”, comenta Sancho.

Pérez Raya, por su parte, se muestra completamente de acuerdo con esta afirmación y recuerda la necesidad de que las administraciones competentes cuenten con las enfermeras para liderar esta campaña histórica porque “hemos demostrado durante años que podemos hacerlo como en la de la gripe, que coordinamos y capitaneamos todos los inviernos, incluso más en este año 2020/21 con un éxito rotundo y más de 12 millones de vacunas administradas contra la gripe”.

 

Las enfermeras recomiendan utilizar mascarillas FFP2 en lugares cerrados, con poca ventilación y concurridos e insisten en que sean financiadas por el SNS

  • El Consejo General de Enfermería cree primordial que “se utilicen mascarillas autofiltrantes -conocidas como FFP2- en lugares cerrados, poco ventilados y concurridos, pues su uso es una medida capital para evitar la expansión del coronavirus, el colapso de la Sanidad y muchas muertes más de las que ya lamentamos”.
  • Este tipo de mascarillas, como elemento fundamental en la contención de la pandemia, deben ser asequibles para todos los ciudadanos porque están muchas vidas en juego. 
  • Debería apostarse por un régimen que tenga en cuenta la renta y condiciones socioeconómicas de cada individuo como, por ejemplo, no tener trabajo. Es decir, seguir la línea de los medicamentos y productos sanitarios reembolsables. Pero incluso es posible ir más allá y que las mascarillas -de todo tipo- sean gratuitas para los colectivos más vulnerables y las personas sin ingresos económicos.
  • En todo caso, es imprescindible y urgente que el Gobierno baje el IVA de las mascarillas FFP2 y establezca una limitación en su precio como hizo con las quirúrgicas. Así protegerá a los ciudadanos de los movimientos especulativos que se están llevando a cabo con este material de primera necesidad.

Con una tercera ola de la pandemia desbocada, con contagios que baten récord día tras día, con una mortalidad creciente, el descubrimiento de nuevas cepas y cuando ya nadie duda del contagio del COVID-19 a través de los aerosoles, se hace necesario incrementar las medidas de protección. Por ello, el Consejo General de Enfermería cree primordial que “la población y los profesionales utilicen mascarillas autofiltrantes -conocidas como FFP2- en aquellos lugares cerrados, poco ventilados y con aglomeración de gente – como el transporte público -, y en especial en aquellos donde haya más probabilidad de concurrir con personas portadoras del virus (por ejemplo, centros sanitarios, farmacias, sociosanitarios...), pues su uso es una medida capital para evitar la expansión del coronavirus, el colapso de la Sanidad y muchas muertes más de las que ya lamentamos”. Así lo asegura el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya.

Como ya se solicitó cuando se aprobó la bajada del IVA de las mascarillas quirúrgicas, el CGE sostiene que es primordial que tanto la reducción impositiva como la fijación de un precio máximo de venta al público se extienda a todas las mascarillas, siempre que esté certificada su eficacia. Cabe recordar que la actual falta de limitación en el precio de estas mascarillas está suponiendo una oportunidad de oro para algunos comercios especializados, entre ellos oficinas de farmacia, que están especulando desde hace meses con este material sanitario. Las mascarillas FFP2 son un bien de primera necesidad para los ciudadanos y por tanto es imprescindible protegerles de cualquier movimiento especulativo, priorizando en todo momento la salud frente al oportunismo de unos pocos.

Es más, Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, asegura que “de hecho hay que ir más allá y deberían ser gratuitas para los colectivos más vulnerables, para todas esas familias e individuos sin ingresos o con ingresos muy bajos derivados de la situación socioeconómica desatada por esta emergencia sanitaria. Lo ideal sería incluirlas dentro del catálogo de medicamentos y productos financiados por el sistema nacional de salud con el mismo criterio de acceso en función de la renta y las circunstancias socioeconómicas de cada ciudadano. Es lo más justo y sensato”.

Uso prolongado

Cabe recordar que la prolongación del uso de las mascarillas es uno de los errores más frecuentes que comete la población, muchas veces por la imposibilidad económica que tienen para adquirirlas, y esto genera un problema de salud pública, ya que ni están protegidos ni evitan la transmisión del virus a los demás. Además, una vez comprobado científicamente el contagio por aerosoles es recomendable el uso de las mascarillas FFP2, y no las quirúrgicas, debido al contacto directo con otras personas en ambientes cerrados, masificados y con poca ventilación. Por este motivo, es primordial crear mecanismos que garanticen el acceso a estos productos en función a las necesidades de protección y circunstancias socioeconómicas particulares que pueda tener cada individuo. Según algunas estimaciones, una familia de cuatro miembros puede gastar al año unos 1.500 euros en mascarillas.

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