Fuente: Mar Muñiz. El Mundo
La lista sus competencias profesionales es cada vez más amplia, aunque la población las vincula casi en exclusiva a la atención al parto. Hablamos con profesionales de varias generaciones sobre la evolución de este oficio ancestral.
Aunque cada vez más hombres eligen esta profesión y el Diccionario de la RAE ya recoge el masculino "matrón", el oficio de "asistir a las parturientas" está muy feminizado por su vinculación con los cuidados. En España existen 9.862 enfermeros colegiados con la especialidad de Matrona, según el INE, y casi la mayoría, un 93,3%, son mujeres.
Sean del sexo que sean, la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME) lleva años quejándose de su escasez de efectivos y propone crear un Grado universitario propio que incremente los titulados. Alegan que se necesitan 5.000 matronas más para llegar a la media europea y que nuestro país está el tercero por la cola, con el riesgo que supone para la salud sexual y reproductiva de las mujeres. En concreto, en España hay 6,1 matronas por cada 10.000 mujeres de entre 14 y 65 años, frente al 9,1 de la UE. Pero, si la natalidad cae en picado un año tras otro, ¿para qué hacen falta? Y en cualquier caso, ¿no son ya una figura con menos protagonismo en los partos frente al papel de los ginecólogos?
Tres matronas de distintas generaciones explican cómo ha sido y es el ejercicio de esta profesión milenaria y por dónde transcurren las fronteras, precisamente, entre sus competencias y las de los obstetras. Ellas reivindican una profesión que existe como especialidad desde 1957 y para la que es necesario cursar los cuatro años del Grado de Enfermería, aprobar el EIR (el 'mir' de los enfermeros) y dedicar otros dos más a la formación específica.