Fuente: La Voz de Galicia
Dolores Sequeiros (Ourense, 1977) lleva más de veinte años trabajando como enfermera en el Sergas. No eran buenos tiempos cuando acabó, «ya que había tal cantidad de enfermeras que nos peleábamos, entre comillas, por un contrato». Esta precariedad la llevó un año a Portugal pese a que, reconoce, pronto logró una cierta estabilidad. Hasta el 2007 estuvo haciendo sustituciones y acúmulo de tareas y ese año logró su primera interinidad en el área sanitaria de Ourense. Pero la vacante se extinguió y tuvo que volver a la rueda de la eventualidad. Consiguió otra un par de años después pero la conciliación familiar la llevó a renunciar para trasladarse a Santiago. «Volví al listado general en septiembre del 2020, pero en octubre ya conseguí una vacante, de la que ahora soy propietaria», cuenta.