Fuente: Consejo General de Enfermería
- Varias expertas han analizado en esta jornada sobre vacunación, celebrada por el Instituto de Formación Sanitaria (ISFOS) del Consejo General de Enfermería, con la colaboración de Pfizer, cómo van a abordar la campaña vacunal de invierno preocupadas por cómo revertir la decadente situación de la cobertura vacunal en todas las edades.
- “Con el personal sanitario tenemos una labor muy importante, pues son quienes cuidan y potencian el acto vacunal, sin embargo, contamos con un porcentaje de coberturas mucho más bajo de lo deseado. Por ello, el reto en esta nueva campaña es seguir sensibilizando a los sanitarios”, explica Pilar Fernández, directora de ISFOS.
Fuente: Consejo General de Enfermería
Con la llegada del invierno, las infecciones respiratorias se multiplican e impactan en gran medida en nuestras vidas, en algunos casos pueden llevar a la hospitalización y, en los escenarios más extremos a la muerte. Según el Instituto Nacional de Estadística, se calcula que en 2022 fueron 42.979 las defunciones por enfermedades del sistema respiratorio, convirtiéndose en la tercera causa de muerte en España. Las enfermedades respiratorias afectan a todas las edades, sin embargo, determinados grupos de población se ven afectados en mayor medida. Es el caso de los mayores de 65 años, embarazadas o niños. También hay otros colectivos, como el de los sanitarios donde la cobertura vacunal no alcanza –ni de lejos- los objetivos establecidos. Por eso, el reto para ayudar a prevenirlas y cubrir a todos los grupos de edad pasa por diseñar y ejecutar una campaña de vacunación efectiva. “Aunque en los últimos años el foco mediático y social ha planeado sobre el COVID-19, las enfermeras sabemos lo crucial que resulta la campaña de vacunación de invierno. Este año, contaremos con una campaña de doble vacunación para todas las edades, porque las infecciones respiratorias no son solo cosa de adultos, ya que los pequeños de la casa también se contagian y, sobre todo, son los principales transmisores de estas enfermedades. En esta nueva campaña tenemos la oportunidad de incrementar la actividad entre el propio personal sanitario, pues a pesar de ser ellos y ellas quienes cuidan y potencian el acto vacunal, paradójicamente contamos con un porcentaje de coberturas mucho más bajo de lo deseado en este colectivo”, explica Pilar Fernández, directora del Instituto Superior de Formación Sanitario (ISFOS) durante el seminario web “Campaña de vacunación de invierno”, celebrado por el instituto de formación del Consejo General de Enfermería (CGE), con la colaboración de Pfizer. Campaña vacunación invierno La campaña de vacunación de invierno se presenta con novedades y retos a los que enfrentarse, pero, sobre todo, con una organización bien planificada. Lo más importante será alcanzar unas buenas coberturas de vacunación tanto de gripe como de COVID-19, por lo que asistiremos a una campaña de doble vacunación, que, como novedad en toda España, irá dirigida a todos los grupos de edad. “Se ha observado que la mayor incidencia de gripe, por grupos de edad, se registra entre los menores de quince años, sobre todo, en los menores de cinco años, que incluso están teniendo una tasa también considerable de ingresos. En cuanto al COVID-19, parece que desde agosto hay un incremento nuevamente de los casos a nivel general, probablemente debido a las variantes del virus, que desde este año han cambiado por completo y estamos asistiendo a un escape inmune a las vacunas ya existentes, lo que justifica la planificación de la campaña de este año”, explica Olga Vicente, médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria del Centro de Salud de La Marazuela, en Madrid. En cuanto a la planificación y gestión de la campaña, las direcciones asistenciales y las gerencias de Atención Primaria tienen un papel fundamental. “Contamos con responsables de centros y enfermeras que llevan desde la pandemia trabajando en la prevención y la promoción. En su mayoría son enfermeras especialistas que cuentan con la doble coordinación con toda la dirección técnica de integración que se comunica con Salud Pública y con los centros de salud donde hay responsables de vacunas que trabajan en la tarea de vacunación y de captación, que calculan el número de dosis y que elaboran un plan de comunicación para que nada falle”, asegura Inmaculada García, directora asistencial de enfermería del Área Sur de Madrid. Además, el principal reto de esta campaña es reducir incidencias y aumentar las coberturas, insistiendo en la vacunación oportunista. “Con una campaña bien planificada, las incidencias en cuanto a falta de stock o a roturas de cadenas de frío se minimizarán. Así, nuestras enfermeras de promoción y prevención ponen el foco en vacunar al mayor número de pacientes de más de 65 años, potenciar la vacuna en las embarazadas y seguir sensibilizando a los sanitarios para tener unas coberturas adecuadas. El año pasado bajamos los niveles de cobertura y los profesionales sanitarios fueron el grupo con menor tasa de vacunación. Solo se alcanzó una cobertura del 43,9% cuando el objetivo era del 75%. En el caso de las embarazadas pasamos del 60% al 53,3% y en el caso de los mayores de 65 años el objetivo era un 75% y solo llegamos al 69,7%”, sigue García. Novedades En esta campaña asistimos a cambios sociales con un envejecimiento progresivo de la población. Este hecho, unido a las “características propias de la inmunidad en determinadas edades, hace que exista una necesidad cada vez más grande de dar protección a más grupos de población y, por ello, cada día son más amplios y extensos los programas de vacunación. Además, las líneas de investigación de las vacunas también avanzan para precisamente dar respuesta a las necesidades de protección de esas personas vulnerables, lo que justifica que se incluyan, por ejemplo, a los menores de cinco años en la campaña de gripe”, expone Marina Moreno, enfermera del Centro de Salud Torres de la Alameda y experta en Práctica Avanzada en Vacunación. Además de los grupos de población diana a vacunar este año, se incorpora como novedad la modificación en la composición de las vacunas a utilizar, de manera que se pueda dar respuesta a las variaciones antigénicas de bacterias y cepas virales responsables de las infecciones respiratorias y cubrir las necesidades de protección de las personas más vulnerables. Para esta temporada 2023-2024 y siguiendo las recomendaciones de la OMS, las vacunas antigripales disponibles serán todas tetravalentes y las vacunas frente a COVID-19 serán monovalentes frente a la variante de la cepa ómicron, predominante en estos momentos. “Para la prevención de la enfermedad neumocócica y sus formas invasivas -otra de las infecciones respiratorias más prevalentes en esta época-, la mayoría de las Comunidades Autónomas ya han incorporado una nueva vacuna conjugada con serotipos adicionales respecto a su antecesora, lo que aportará protección aumentada para las personas adultas en situación de riesgo” prosigue Moreno. Las infecciones respiratorias “conllevan, además, un gran problema y es que circulan en la misma temporada diferentes patógenos, lo que incrementa el riesgo de coinfección y, por tanto, se agrava el pronóstico de las personas infectadas. La constatación de este hecho y la necesidad de evitar oportunidades perdidas de vacunación ha motivado otro de los puntos clave de esta campaña y es que se aborda la doble vacunación frente a gripe y COVID-19 para la población diana en el mismo acto vacunal y, además, se recomienda la revisión y vacunación oportunista frente a otras infecciones graves como la enfermedad neumocócica para las personas que tengan indicación”, explica esta enfermera de Práctica Avanzada. Evitar posibles errores La nueva campaña de vacunación implica el uso de millones de dosis, lo que implica un manejo logístico sin precedentes. Un proceso que puede infundir a errores o generar grietas en el mismo. Para ello, Marina Moreno, una de las ponentes del webinar ha querido hacer un breve recordatorio sobre la necesidad de evitar todas las brechas de seguridad que se puedan generar durante el proceso vacunal. “Asistimos a una campaña con un despliegue logístico absolutamente espectacular; son millones de dosis las que vamos a estar manejando y tenemos que evitar errores y situaciones de riesgo que se repiten año tras año y que pueden comprometer la inmunogenicidad de las vacunas que se van a administrar. Hay que tener un plan establecido para prevenir roturas en la cadena de frío, que es el principal problema que conlleva el almacenamiento y manejo de las vacunas en los centros de salud, además de prever un cálculo ajustado de dosis para dar respuesta a las necesidades de la población y hacer frente a este reto logístico al que nos enfrentamos. Las enfermeras tenemos que hacer una llamada de atención a todo el personal sanitario sobre estas cuestiones e incitar al cuidado de este proceso, porque las vacunas constituyen la mejor herramienta de prevención disponible para las personas sanas, pero, sobre todo, para las más vulnerables y que más necesitan de toda la protección posible”, argumenta esta enfermera de Práctica Avanzada. Liderazgo enfermero El rol enfermero en la inmunización de la población no se limita a la mera administración de la vacuna. La educación en salud, la prevención que realizan y su proactividad es lo que determina en gran medida el éxito de esta intervención. “Somos los profesionales sanitarios más cercanos a los pacientes y, por tanto, recae sobre nosotras poner en práctica estrategias que permitan la captación y la medición de las coberturas en los distintos grupos de riesgo, por ello, debemos aprovechar cualquier contacto para establecer la recomendación de vacunación en todas las edades. El objetivo está claro, lograr una cobertura vacunal sin precedentes que nos permita ir un paso por delante de la infección respiratoria en todas las edades”, concluye Pilar Fernández, directora de ISFOS. |