"Hay que desestigmatizar el cáncer de cérvix, no es una enfermedad asociada a la promiscuidad", Ana Martínez Cagiao, matrona en atención primaria

Celebramos la Semana Europea de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino con la finalidad de concienciar a la población femenina sobre la prevención de esta enfermedad. Más de 600.000 casos nuevos se diagnostican anualmente, 2.000 casos corresponden a España. Además, el cáncer de cuello uterino, también conocido como cáncer de cérvix, constituye una de las primeras causas de muerte por cáncer en la población femenina.

Y se puede prevenir. Nos lo cuenta en esta entrevista la matrona de atención primaria Ana Martínez Cagiao Martínez. 

Como matrona en atención primaria, ¿cómo has visto la evolución en la prevención del cáncer de cuello uterino a lo largo de los años?

Hace ya más de 20 años que  se viene realizando el programa de detección precoz de cáncer de cérvix a través de la toma de muestra para citología. Los avances tecnológicos han permitido que las citologías actuales sean en medio líquido, con mayor sensibilidad para la detección de alteraciones citológicas y con la posibilidad de cultivar en la misma muestra  el virus de papiloma humano (VPH),implicado necesariamente en el desarrollo de este cáncer. 

La mayoría de las mujeres conoce el programa de detección del cáncer de cérvix y acude a la toma citológica, que se recomienda desde los 25 hasta los 65 años cada 3 años .

Desde el año 2008 se incluye en el calendario vacunal la vacuna frente al VPH en todas las comunidades autónomas para niñas de entre 12 y 14 años y hoy se está incorporando la detección de la infección por VPH de alto riesgo como prueba primaria en el cribado poblacional. Recientemente (2023) se incluye también la vacunación de los varones  nacidos a partir del 1 de enero de 2010.

Dada tu experiencia, ¿cómo describirías la importancia de la Semana Europea de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino y su impacto en la concienciación de la población femenina?

Posiblemente produzca un efecto llamada en las mujeres. De todos modos la labor de captación se hace tanto desde atención primaria (médicos, enfermeras, matronas promovemos el programa de prevención) como desde especializada (desde los servicios y consultas de ginecología).

¿Cómo has visto la receptividad de las mujeres hacia las campañas de concienciación y detección temprana del cáncer de cuello uterino en tu área de trabajo?

Creo que las campañas de concienciación relacionadas con la detección temprana de cáncer ginecológico han impactado positivamente en la población, de forma que las mujeres, en su mayoría, acuden a realizar las pruebas de cribado poblacional.

Estamos desarrollando un nuevo programa de detección de cáncer de cérvix dirigido a mujeres de entre 35 y 65 años, basado en una autotoma vaginal en domicilio a través de la cual se puede saber si hay VPH. La muestra se deposita en el centro de salud, tal como se hace en el cribado de cáncer de colon. En caso de que la toma sea positiva, se cita a la mujer  para realizar una citología en su matrona o en la consulta de patología cervical del hospital. Si no existe VPH, la persona recibe 5 años después otra invitación para repetir la autotoma en domicilio, sin necesidad de acudir a realizar una citología ginecológica. Las primeras invitaciones a la participación se realizaron a principios de diciembre del año pasado y la respuesta de las mujeres parece ser buena. En otras áreas sanitarias, como la de Lugo han obtenido buenos resultados de participación. 

Hablamos de estadísticas a nivel europeo, con 2,000 casos nuevos al año en España. ¿Cómo se refleja esta realidad en tu experiencia diaria en atención primaria?

La incidencia del cáncer de cérvix  en España se sitúa por debajo de la media europea, en 2020 era de 5.3 por 100.000 mujeres, cuando de media en Europa es de 11.2. La capacidad de detección de las citologías es muy alta. La mayor parte de los resultados citológicos alterados son lesiones de bajo grado, lesiones que regresan espontáneamente en un porcentaje elevado de casos. Desde atención primaria informamos del resultado de la citología y derivamos a la unidad de patología cervical del hospital Teresa Herrera a las mujeres con resultado citológico alterado  para seguimiento y/o tratamiento de las lesiones. 

¿Cuál es la importancia de la detección temprana?

El cáncer de cérvix es una de las principales causas de cáncer mundial. Su fase preclínica en mujeres inmunocompetentes es prolongada, de aproximadamente 15 años. Dado que el tratamiento de las lesiones premalignas es sencillo y efectivo en la mayor parte de los casos, la detección precoz de las mismas reduce la incidencia del cáncer in situ y la mortalidad asociada a este cáncer, por eso insistimos en que la detección temprana es fundamental.

La educación y la concienciación son fundamentales. ¿Cómo puedes sugerir que la sociedad en general participe más activamente en la prevención del cáncer de cuello uterino?

Promoviendo la vacunación en edad pediátrica en niñas y niños. Actualmente la vacuna frente al VPH es el mejor método de prevención primaria. Estudios recientes indican que la vacuna ayuda al aclaramiento viral y a la regresión de las lesiones. 

El preservativo es recomendable pues, su uso correcto y consistente, reduce el riesgo de contagio con VPH y cuando ya existen lesiones, reduce el riesgo de progresión de las mismas y favorece el aclaramiento viral. 

Dejar de fumar también sería recomendable pues el tabaco no ayuda a nuestra inmunidad, al contrario, nos hace más susceptibles a la acción del VPH. 

Las matronas juegan un papel crucial en la prevención. ¿Podrías explicarnos cómo contribuís en este ámbito y cuál es vuestra relación con las mujeres durante este proceso?

Uno de los pilares fundamentales de la atención primaria es la educación para la salud. Las matronas tenemos la oportunidad de realizarla en la atención a la mujer sea cual sea el motivo de consulta. Promocionamos la vacunación frente al VPH, los hábitos de vida y sexuales saludables y realizamos las citologías de cribado. También participamos en la promoción de otros cribados, como el de cáncer de mama y el de colon.

¿Cómo abordas el tema de la prevención del cáncer de cuello uterino en poblaciones vulnerables o con menor acceso a los servicios de salud?

Las pacientes con inmunodepresión congénita o adquirida (trasplantadas, tratamientos crónicos con corticoides, inmunosupresores, inmunomoduladores), o pacientes con infección por  VIH, son altamente susceptibles a la infección persistente por VPH, y poseen mayor riesgo de desarrollar lesiones precursoras. En estas mujeres el cribado se inicia antes, a los 21 años y se hace anualmente. 

Trabajamos en equipo, en colaboración con médicos y enfermeras para detectar a esta población, realizar educación para la salud  y recomendarles el cribado más frecuente. 

Hemos hablado de los avances en la prevención, pero también hay retos. Desde tu perspectiva, ¿cuáles son los mayores desafíos que enfrentamos en la lucha contra el cáncer de cuello uterino?

Yo diría que conseguir una población con información suficiente en relación a cómo prevenir y detectar precozmente el cáncer de cérvix. También me gustaría que, aunque sobre esto se ha avanzado mucho, dejase de estigmatizarse este cáncer, pues por tener relación con la actividad sexual (el VPH se transmite sexualmente), muchas veces se ve  como una enfermedad asociada a la promiscuidad, cuando esto no es así. 

Un verdadero desafío es la escasez de enfermeras. Nuestro país está a la cola de Europa en número de enfermeras, en Galicia faltan más de 8.000. ¿Cómo percibes este problema y cuáles crees que son las consecuencias para la atención primaria?

En los últimos años estamos sufriendo una falta de enfermeras muy acusada. Los problemas se acentúan en periodos vacacionales. Esto da lugar en los profesionales a  sobrecarga física y emocional, a desgaste y a problemas de salud derivados del estrés. La atención a la población puede verse limitada por falta  de tiempo para una atención de calidad. La promoción de la salud necesita tiempo de consulta.

Nos gustaría conocer tu opinión personal. ¿Cómo ha impactado tu labor como matrona en la vida de las mujeres a las que has atendido? ¿Hay alguna historia que te haya marcado especialmente?

Espero que haya impactado bien...Para mí es importante abandonar la asistencia paternalista y buscar el empoderamiento. Creo que a la mujer hay que darle la oportunidad de tomar decisiones, de cuidarse y de sentirse apoyada por el sistema sanitario y la sociedad. El trabajo de matrona en atención primaria es muy gratificante, pues eres la persona de referencia en la salud sexual y reproductiva de la mujer desde la menarquía hasta la menopausia. 

Siempre me he sentido muy valorada por las mujeres. Escuchar a la mujer, supongo que como a cualquier usuario del sistema, es una oportunidad humana y profesional para mejorar cada día. Ambas partes se ven beneficiadas. 

Podría escribir un libro con las anécdotas...He hecho amistades, muchas y muy buenas desde la consulta. He conocido a mujeres en el ámbito rural que me querían pagar por explorarlas ginecológicamente, pues les parecía un trabajo muy penoso. He tratado con diversas familias, de diversas culturas. Este trabajo es muy enriquecedor. Acumulo muchas experiencias, me debo estar haciendo mayor..

Para concluir, ¿podrías compartir un mensaje sobre la importancia de la prevención del cáncer de cuello uterino y el trabajo esencial de las enfermeras en este proceso?

El cáncer de cérvix se puede detectar precozmente y se puede curar. Disponemos además de una vacuna ¿por qué no evitarlo? Todas las enfermeras podemos aportar nuestro granito de arena en la prevención y la detección precoz de este cáncer. 


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